Hoy la vida tiene otro sentido para mi,
despertar en una sonrisa, volviendo a vivir, quise apartar a todo y a todos de
aquello que me hacía daño, y lo conseguí.
Quise volar sin tener alas y el desplome fue inmediato, se acabaron las lágrimas por aquellos que no sintieron mi anhelo, se acabaron los cumplidos de una sinceridad sin hipocresía.
Hoy al despertar, cogí mi pluma y papel,
pensé en ti, como cada día, pero de una manera distinta, tú me escuchaste
cuando más lo necesitaba, me sacaste la sonrisa aun estando desesperada, sin
valorar ni ofrecer nada a cambio, simplemente las palabras, tú has hecho
cambiar ese instante de mi vida tan atormentado.
Hoy te dedico a ti, esta pequeña
reflexión, quizás un poco atontada o ridícula a lo que siento, sensible, sin
esperar nada, solo tu mirada, tu sonrisa, tu silencio, que cuando escuchas,
escucho...
Dejé atrás los miedos, una esperanza
incrustada en mis lamentos, involucrando mis carencias, mis virtudes, mis
grandes defectos...
Hoy quiero dedicarte esto a ti, un puro
sentimiento, de nostalgia, no sé, de lo incierto, sin poder aportar nada nuevo,
lo puesto, mi esencia, lo bueno, lo malo, pero un corazón pleno.
Obtener paso a paso sin esperar nada a
cambio, caminar, sentir sin pensar, ser feliz con lo inesperado.
No sé cuándo y porqué, tu camino se
cruzó con el mío, un destino incierto, sin concretar, unas vidas llenas de
desdichas, tan poco correspondidas.
Hoy me siento fuerte, para comenzar de
nuevo, para celebrar mi alegría, mis sonrisas como cualquier bella dama, que en
su amargura de un encantamiento, se despierta y se siente vanidosa, para
comenzar el baile de un cortejo.
Hoy brindará por esta nueva vida,
obteniendo muchos desconciertos, pero felizmente de que en aquel instante te
cruzarás en mi camino.
Aprendí que no se pueden programar los
sentimientos, no se pueden manipular, el sentido que todo tiene un lugar y un
porqué, ¿dónde?
No lo sé.
Hoy bella alma, te dedico a ti estas
palabras, para que cuando camines en soledad, sin consuelo, pienses en ellas,
sin omitir, ni otorgar, simplemente para seguir viviendo y encontrar un hueco
aunque sea pequeño de la felicidad que todos queremos.
La tuya, la mía, la de todos, y aquellos
que otorgaron la indecisión de lamentos, que juzgaron sin ser dueños de estos
momentos, los deje abandonados en ese camino tan largo que he cruzado.
A todos los demás mi respeto, mi agradecimiento,
mi sincera y humilde presencia en vuestras vidas, será para siempre un ejemplo.
Hoy sonreía al escuchar tu voz, sentí
que debía involucrarme en una reflexión.
Comienza mi caminar de nuevo, en un
sendero quizás más largo o más corto, incierto, arrollador, pero lleno de
buenos deseos, del corazón.
Hoy y mañana y pasado me sentiré feliz
cada instante, esperando que sea pleno y duradero para el resto de mi vida.
Sentidos invadidos en palabras,
correspondido en nostalgia...lejanía, soledad. Inclinada en la angustia de no
consolar, de no escucharte, voz al alza del timón de mi alma.
¡Espectacular!
ResponderEliminarGracias Maestro, por pararte en mi rincón y leer mis letras.
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