BIOGRAFÍA:
Rafael Alberti
Merello nació en El Puerto de Santa María (Cádiz)
el 16 de diciembre de 1902, quinto de los seis hijos que tuvo el matrimonio
de Agustín y María, nieto de bodegueros proveedores de las
cortes europeas. En 1917 se trasladaba con su familia a Madrid, para dedicarse
a copiar pinturas en el Museo del Prado, vocación que prefirió
al bachillerato, que jamás terminaría. La nostalgia de la
bahía de Cádiz y los remordimientos tras la muerte de su
padre, le llevaron a refugiarse en la poesía y dejar la pintura
en un segundo plano.
A partir de ese momento, iría introduciéndose
en la Residencia de Estudiantes, donde se relacionaría con los padres
de la que se daría en llamar Generación del 27 (Dámaso
Alonso, Lorca, Gerardo Diego y Aleixandre, entre otros), el ponderado
movimiento intelectual que, según los estudiosos, había surgido
con motivo del homenaje celebrado en Sevilla en 1927 a Luis de Góngora,
en el centenario de su muerte, formado por un grupo extraordinario de autores
que renovaría las letras e influiría de forma determinante
en todas las artes. Alberti reunió entre 1920 y 1924 sus primeros
poemas bajo el título "Mar y Tierra", que presentó en el
Premio Nacional de Literatura de 1924-1925, y ganó, junto al poeta
santanderino Gerardo Diego. El libro se titularía definitivamente
"Marinero en Tierra".
Por esos años
entabló amistad con poetas como Juan Ramón Jiménez,
Pedro Salinas, Jorge Guillén, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre,
el compositor gaditano Manuel de Falla, y los genios de la pintura y el
cine Dalí y Buñuel (también mantendría fuertes
vínculos con Pablo Neruda y el francés Louis Aragon). Intervino como activista en las protestas
estudiantiles contra el general Primo de Rivera, y, en 1929 publicó
una de sus obras maestras, "Sobre los ángeles", de fuertes tintes
surrealistas. Se casó en 1930 con la escritora María Teresa
León, con la que compartió los años de su exilio por
Buenos Aires y Roma (Mª Teresa fallecería en 1988), y con la
que tuvo una hija, Aitana.
En 1931 estrenó su primera obra de teatro,
"El hombre deshabitado". Ese mismo año comenzó a relacionarse
en Francia con Picasso y escritores sudamericanos como César Vallejo,
Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier. Becado por la Junta para
la Ampliación de Estudios de la Segunda República Española,
viajó en 1932 a la Unión Soviética y trató
con los escritores soviéticos de la época. El año
siguiente conoce a Pablo Neruda y, según cuenta en sus memorias,
empieza a convertirse en "poeta en la calle": en realidad, el poeta
nunca separó su labor intelectual de su actividad política,
desde sus primeros versos hasta su retiro en Puerto de Santa María.
Escribió multitud de poemas satíricos y de agitación,
que recitaría en actos políticos, bibliotecas obreras y
plazas públicas. En 1933 asistió en Moscú como invitado
al primer Congreso de Escritores Soviéticos.
A partir
de 1934 inicia una gira por varios países americanos, y, en 1936,
año de la muerte de Lorca, interviene en España en la campaña
por el Frente Popular. Durante la Guerra Civil se entrevistó con
Stalin en Moscú, y decidió enrolarse en la aviación
republicana. En el transcurso del asedio a Madrid participó
en la evacuación de las obras del Museo del Prado, para evitar su
destrucción bajo el bombardeo de la artillería nacional.
El 27 de abril
de 1977 regresó a España: en junio de ese mismo año
fue elegido diputado a Cortes del PCE por la provincia de Cádiz,
pero poco después, en octubre de ese mismo año, renunció
al escaño. Desde su vuelta a España residió en su
ciudad natal, el Puerto de Santa María. En 1989, la Diputación
de Cádiz creó en su ciudad natal la fundación que
lleva su nombre, a la que se trasladó gran parte de su archivo y
biblioteca personales. Contrajo matrimonio en segundas nupcias con María
Asunción Mateo, quien le ha acompañado y representado durante
los últimos años.
Rafael Alberti
Merello nacía en El Puerto de Santa María (Cádiz)
el 16 de diciembre de 1902, quinto de los seis hijos que tuvo el matrimonio
de Agustín y María, nieto de bodegueros proveedores de las
cortes europeas. En 1917 se trasladaba con su familia a Madrid, para dedicarse
a copiar pinturas en el Museo del Prado, vocación que prefirió
al bachillerato, que jamás terminaría. La nostalgia de la
bahía de Cádiz y los remordimientos tras la muerte de su
padre, le llevaron a refugiarse en la poesía y dejar la pintura
en un segundo plano. A partir de ese momento, iría introduciéndose
en la Residencia de Estudiantes, donde se relacionaría con los padres
de la que se daría en llamar Generación del 27 (Dámaso
Alonso, Lorca, Gerardo Diego y Aleixandre, entre otros), el ponderado
movimiento intelectual que, según los estudiosos, había surgido
con motivo del homenaje celebrado en Sevilla en 1927 a Luis de Góngora,
en el centenario de su muerte, formado por un grupo extraordinario de autores
que renovaría las letras e influiría de forma determinante
en todas las artes. Alberti reunió entre 1920 y 1924 sus primeros
poemas bajo el título "Mar y Tierra", que presentó en el
Premio Nacional de Literatura de 1924-1925, y ganó, junto al poeta
santanderino Gerardo Diego. El libro se titularía definitivamente
"Marinero en Tierra".
Por esos años
entabló amistad con poetas como Juan Ramón Jiménez,
Pedro Salinas, Jorge Guillén, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre,
el compositor gaditano Manuel de Falla, y los genios de la pintura y el
cine Dalí y Buñuel (también mantendría fuertes
vínculos con Pablo Neruda y el francés Louis Aragon). Intervino como activista en las protestas
estudiantiles contra el general Primo de Rivera, y, en 1929 publicó
una de sus obras maestras, "Sobre los ángeles", de fuertes tintes
surrealistas. Se casó en 1930 con la escritora María Teresa
León, con la que compartió los años de su exilio por
Buenos Aires y Roma (Mª Teresa fallecería en 1988), y con la
que tuvo una hija, Aitana. En 1931 estrenó su primera obra de teatro,
"El hombre deshabitado". Ese mismo año comenzó a relacionarse
en Francia con Picasso y escritores sudamericanos como César Vallejo,
Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier. Becado por la Junta para
la Ampliación de Estudios de la Segunda República Española,
viajó en 1932 a la Unión Soviética y trató
con los escritores soviéticos de la época. El año
siguiente conoce a Pablo Neruda y, según cuenta en sus memorias,
empieza a convertirse en "poeta en la calle": en realidad, el poeta
nunca separó su labor intelectual de su actividad política,
desde sus primeros versos hasta su retiro en Puerto de Santa María.
Escribió multitud de poemas satíricos y de agitación,
que recitaría en actos políticos, bibliotecas obreras y
plazas públicas. En 1933 asistió en Moscú como invitado
al primer Congreso de Escritores Soviéticos.
A partir
de 1934 inicia una gira por varios países americanos, y, en 1936,
año de la muerte de Lorca, interviene en España en la campaña
por el Frente Popular. Durante la Guerra Civil se entrevistó con
Stalin en Moscú, y decidió enrolarse en la aviación
republicana. En el transcurso del asedio a Madrid participó
en la evacuación de las obras del Museo del Prado, para evitar su
destrucción bajo el bombardeo de la artillería nacional.
El 27 de abril de 1977 regresó a España: en junio de ese mismo año fue elegido diputado a Cortes del PCE por la provincia de Cádiz, pero poco después, en octubre de ese mismo año, renunció al escaño. Desde su vuelta a España residió en su ciudad natal, el Puerto de Santa María. En 1989, la Diputación de Cádiz creó en su ciudad natal la fundación que lleva su nombre, a la que se trasladó gran parte de su archivo y biblioteca personales. Contrajo matrimonio en segundas nupcias con María Asunción Mateo, quien le ha acompañado y representado durante los últimos años.
SUS POEMAS:
LXXV Balada del andaluz perdido
Perdido está el andaluz
del otro lado del río.
-Río, tú que lo conoces:
¿quién es y por qué se vino?
Vería los olivares
cerca tal vez de otro río.
-Río, tú que lo conoces:
¿qué hace siempre junto al río?
Vería el odio, la guerra,
cerca tal vez de otro río.
-Río, tú que lo conoces:
¿qué hace solo junto al río?
Veo su rancho de adobe
del otro lado del río.
No veo los olivares
del otro lado del río.
Sólo caballos, caballos,
caballos solos, perdidos.
¡Soledad de un andaluz
del otro lado del río!
¿Qué hará solo ese andaluz
del otro lado del río?
(De Balada y canciones del Paraná, 1953-1954).
Marinero en tierra
... Y ya estarán los esteros
rezumando azul de mar.
¡Dejadme ser, salineros,
granito del salinar!
¡Qué bien, a la madrugada,
correr en las vagonetas,
llenas de nieve salada,
hacia las blancas casetas!
¡Dejo de ser marinero,
madre, por ser salinero!
Si mi voz muriera en tierra,
llevadla al nivel del mar
y nombradla capitana
de un blanco bajel de guerra.
¡Oh mi voz condecorada
con la insignia marinera:
sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
y sobre la estrella el viento
y sobre el viento la vela!
Sobre los ángeles
Paraíso perdido
A través de los siglos,
por la nada del mundo,
yo, sin sueñó, buscándote.
Tras de mí, imperceptible,
sin rozarme los hombros,
mi ángel muerto, vigía.
"¿Adónde el Paraíso,
sombra, tú que has estado?"
Pregunta con silencio.
Ciudades sin respuesta,
ríos sin habla, cumbres
sin ecos, mares mudos.
Nadie lo sabe. Hombres
fijos, de pie, a la orilla
parada de las tumbas,
me ignoran. Aves tristes,
cantos petrificados,
en éxtasis el rumbo,
ciegas. No saben nada.
Sin sol, vientos antiguos,
inertes, en las leguas
por andar, levantándose
calcinados, cayéndose
de espaldas, poco dicen.
Diluidos, sin forma
la verdad que en sí ocultan,
huyen de mí los cielos.
Ya en el fin de la tierra,
sobre el último filo,
resbalando los ojos,
muerta en mí la esperanza,
ese pórtico verde
busco en las negras simas.
¡Oh boquete de sombras!
¡Hervidero del mundo!
¡Qué confusión de siglos!
¡Atrás, atrás!¡Qué
espanto
de tinieblas sin voces!
¡Qué perdida mi alma!
"Ángel muerto, despierta.
¿Dónde estás? Ilumina
con tu rayo el retorno."
Silencio. Más silencio.
Imóviles los pulsos
del sinfín de la noche.
¡Paraíso Perdido!
Perdido por buscarte,
yo, sin luz para siempre.
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