El rostro de un sueño.

Sueño acogiendo en mis brazos los mas preciado que se pueda abrazar,
la ternura de una niña, desconsolada en ellos,
da la alegría mi vida a mi existir.

Amanece la mañana y el sueño ha sido tan intenso
que ese rostro que se repite una y otra vez,
hace desvanecerme en la mirada.

Sonrío ante esa mirada, que no veo,
que apenas conozco y que invade mis pensamientos
cuando duermo, sosiego o desconsuelo
de mirar al despertar y sentir otro sueño...

Continua la mañana aprendiendo
a sentir la relevancia de tan impropio sueño,
sin recordar nada, ostento al anochecer
 para poder saborear de nuevo esa mirada,
que tal vez no exista, o tal vez si, solo en mi pensamiento,
de locura transitoria, dormida sin sentir,
acorralando las vanidades que pasan de mi lado
y fingiendo ser la princesa mas hermosa
para surgir de la obstinada vida redondeada
de malos augurios de momentos amargos.

Quiero sonar contigo y contigo,
que vuestras sonrisas me abracen cada noche
como el manto que envuelve a un bebe,
sentirme abrazada por la carcajada de la felicidad,
sin pedir nada a cambio,
sonrisa, la tuya y la mía.

© 2011. Esencia de Háfida., © Mar Galván, 2011