Cuándo en la memoria desvanece el pensamiento,
surgen las lágrimas contenidas por tu pérdida.
Sollozos de melancolía transitoria
que nos lleva al final del camino de la vida.
Como un relámpago llegó tu ausencia
y sin esperarlo me sentí condenada a no olvidarte.
Recuperé cada instante de todo nuestro pasado y presente,
lamentando cada instante en el que te vi sufrir.
Vida viva en el reflejo de tus sonrisas,
fuerza y lucha en cada paso que diste
por el camino trazado en nuestro destino.
Quedará el coraje, la imagen de la alegría
y sencillez de tus pasos siempre dentro de mi corazón.
Dónde estés pensaré en ti,
guardando en mi alma todo lo que juntos compartimos..
y las que nos quedaron pendientes.
Por encima de la vida cotidiana siempre,
existieron las almas bondadosas cómo la tuya.
(En memoria a Miguel Ángel Martínez)
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